El fin no justifica los daños

El fin no justifica los daños

En principio queríamos acercar a los kinesiólogos y kinesiólogas una información que es muy importante y que sin lugar a dudas afectó a toda nuestra comunidad profesional.

Tras una revisión exhaustiva de la denuncia, los testimonios de quienes la ratificaron e impulsaron y el análisis de la documentación oficial presentada por nuestra parte, la Fiscalía de Cámara del Departamento Judicial de La Plata ratificó la desestimación de la presentación de un grupo de colegas que involucraba a Roberto Bay, a Federico Rosti y al señor Asesor Financiero.

Allí se ponía en duda la gestión de las inversiones que llevaron a que el patrimonio de la Caja de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires, creciera un 1200% durante todo nuestro período al frente de la entidad, tal como lo expresan nuestros balances, siempre publicados en la web institucional.

Estamos convencidos de que todos los profesionales que hacen sus aportes tienen el derecho de conocer con absoluta transparencia cuál es el destino del dinero de su futura jubilación, aun cuando el crecimiento sea manifiesto, como lo ha sido, y pese al escenario económico adverso como es habitual en nuestro país.

Hay una comisión de colegas que fiscaliza cada movimiento, tiene acceso a todos los libros, y las puertas de la institución siempre están abiertas para que cada uno de los afiliados pueda interiorizarse y recibir todas las explicaciones que necesite.

Existe, además, la posibilidad de realizar auditorias y hasta de recurrir a la justicia si es que surgiera una sospecha fundada sobre la comisión de un delito.

Pero aquí fue otro el objetivo: llamarnos “ladrones”, delante de los colegas, para agitar la confusión y jugar con eso en el proceso electoral interno.

No hay forma de demostrar la transparencia, ni los logros del trabajo de un equipo comprometido con el futuro de todos, cuando la intención es mezquina y el objetivo es “ensuciar”.

Sucede que esta agrupación de denunciantes pretende dirigir la Caja de los Kinesiólogos, ignorando las restricciones y controles que la ley impone, e inmersos en la fantasía de hacer con los fondos de los afiliados aquello que nosotros NO hicimos, porque la justicia así lo comprobó.

Su determinación dañosa fue clara: planteada la denuncia, sin aportar prueba alguna y requiriendo a la justicia que encuentre “cualquier ilícito” que pudiera haber ocurrido, utilizaron esa presentación como pieza publicitaria de campaña, provocando la angustia lógica de toda la comunidad profesional, y a nosotros un perjuicio irreparable, porque desde entonces transitamos en el territorio de la sospecha y la duda.

Han sido tan eficaces con su versión, que hasta los más cercanos comenzaron a mirarnos con desconfianza: “¿Es cierto que se robaron tanto dinero?”

La investigación penal preparatoria IPP 06-00-016929-18/00 fue tramitada por la UFIJ Nro. 8 y pasó luego a la fiscalía general; pero mientras nos pusimos a disposición de todo requerimiento judicial, nuestras vidas cambiaron para siempre.

Todo aquello que con trabajo y esfuerzo construimos en nuestros pueblos, se desmoronó ante la sombra de la sospecha.

¿Les hacía falta hacernos ese daño? Pudieron seguir como particulares damnificados el curso de la investigación, solicitar pruebas, pedir revisiones, y por supuesto no caer en la calumnia sin la menor de las certezas. Pero solamente hicieron difusión electoral, guerra sucia, para confundir a todos; y muchos colegas, lamentablemente, cayeron en esa trampa.

Los mismos que falsificaron firmas para poder presentarse en comicios de la Caja, destrozaron el prestigio profesional que nos llevó toda una vida construir. Buscaron suspender asambleas, en medio de su propio fraude nos acusaron de “proscribirlos” y plantearon cantidad de artilugios procesales, frente a los cuales la justicia siempre avaló nuestra posición. Es así que hoy continúa en trámite, y sin más demoras, la causa por falsificación de documentos.

Sabemos que la lesión es imposible de reparar con estricta justicia, porque nos escribieron en la frente con la tinta indeleble de la maldad, y así también dañaron a nuestras familias y personas cercanas.

Su finalidad minúscula produjo una destrucción enorme, un dolor que no logramos hacer que se vaya.

Nosotros esperamos a que la justicia se expida antes de pronunciarnos.  Y es por esta razón, que hoy anticipamos que de alguna manera van a tener que reparar el daño que hicieron, porque todos tenemos que ser responsables de nuestros actos; y fundamentalmente deben ser sancionados quienes vulneraron derechos humanos personalísimos, y jugaron con valores muy frágiles, apoyados únicamente en su mala fe.

A toda la comunidad de colegas kinesiólogos solamente les pedimos que tomen esta información y que observen que dos instancias judiciales les dijeron que NO, mientras que el daño prosiguió en continuado y probablemente perdure en la oscuridad de la memoria colectiva.

Trataremos de que la deuda que hoy tienen con nosotros se convierta en acciones positivas útiles para grupos vulnerables; quizá esa sea la mayor enseñanza que obtengamos todos en nuestro paso por esta vida.

Por nuestra parte, seguiremos cumpliendo con la función para la que fuimos elegidos hasta el último minuto, fortaleciendo el patrimonio de todos y todas ante un futuro siempre incierto; y por supuesto, reclamando en las instancias que correspondan para que el daño producido sea reparado.

Anticipamos que no será este dolor, ni su remedio legal, el eje de nuestro mensaje de gestión. Los kinesiólogos de la provincia de Buenos Aires podrán juzgar nuestra tarea, por la realidad de la Caja que entregaremos a una nueva conducción cuando finalice nuestro mandato.

Mientras tanto, seguimos invitando a todas y todos a crecer juntos. Porque esa es la prioridad, tan indispensable como la verdad.

La Plata, 10 de enero de 2023

Roberto Bay

Presidente

 

Federico Rosti

Tesorero